Mujeres que viven con lobos

Este segundo capítulo de la segunda temporada de Contando Ovejas lo hemos hecho en dos entregas, diciembre y enero. El lobo es una realidad muy sensible para nosotras, muy compleja, que en GeR hemos aprendido a madurar desde el debate, la escucha y la empatía. Y es desde ahí desde donde realizamos y compartimos este programa. 

El lobo es un elemento clave y emblemático de la fauna ibérica que históricamente viene cargado de emociones, las de las personas que tenemos que cuidar de nuestros animales, las de quienes dedican tiempo a la conservación de la naturaleza y de la vida salvaje, y están quienes aprovechan este caldo de cultivo para la proliferación de tópicos y bulos que son usados muchas veces en las agendas políticas partidistas como campo de batalla y el lobo como arma arrojadiza para generar polarización. 

En GeR estamos por la mejora y conservación de nuestro medio natural y esto incluye a todas las especies que lo componen.

En este episodio contamos qué significa convivir con el lobo en nuestros territorios. Contamos desde lo vivido en tierras de lobos donde pastoreamos y no solo relatamos cifras o pérdidas económicas, hablamos de la vida que sostenemos día a día, de la relación que creamos con nuestros animales, de lo que sucede en y tras cada ataque. La rabia y la impotencia se mezclan con la tristeza, pero también con la resistencia. 

Para nosotras, proteger nuestros rebaños va mucho más allá de instalar cercas o tener perros. Significa reorganizar nuestra vida, multiplicar las horas de trabajo y mantener una vigilancia constante. Pasamos días y noches cuidando a nuestros animales, con el corazón en un puño cada vez que el GPS de una oveja deja de moverse. Llevamos mastines que nos ayudan pero también cargamos con la responsabilidad de su cuidado y del miedo que muchas personas sienten hacia ellos. 

Cambiamos rutas, adaptamos horarios y aun así a veces no basta. El miedo se cuela en nuestras rutinas de pastoreo y el impacto de los ataques reiterados cala en nuestra fuerza y entereza. 

Entendemos que el lobo tiene su lugar en el ecosistema, pero ¿por qué siempre somos nosotras las que pagamos el precio de esa coexistencia? ¿Por qué nuestras voces se pierden en los despachos? Queremos que quienes toman decisiones entiendan que la ganadería extensiva no es solo un trabajo, es un modo de vida, un legado, una forma de cuidar la tierra, de mantener vivos nuestros pueblos y de alimentar el mundo. 

Partimos de que el lobo como especie apical, históricamente presente en toda la península ibérica, desempeña un rol fundamental en la regulación de las poblaciones de herbívoros como ciervos, corzos y jabalíes, lo que previene el sobrepastoreo y favorece la regeneración de la vegetación y la biodiversidad. La función ecológica del lobo incluye la eliminación de animales enfermos o débiles, que contribuye a la salud de las presas; y su labor como carroñero ayudando en la descomposición de materia orgánica y el enriquecimiento del suelo. 

Como ganaderas de extensivo entendemos su relevancia ecológica y su importancia en la cadena trófica, pero vivimos las consecuencias directas de su expansión, que afecta tanto a nuestra economía como a nuestro bienestar emocional. 

Yolanda Cortés – bióloga con más de veinticinco años de experiencia en el estudio del lobo e integrante del Observatorio Campo Grande- nos ayuda a entender mejor la complejidad de las leyes y de los cambios en la protección del lobo. La Unión Europea, mediante el Convenio de Berna y con informes del Grupo europeo especialista en Grandes Carnívoros (UICN), ha debatido recientemente rebajar la protección del lobo, pese a los informes del grupo europeo que muestran que la población ibérica aún no alcanza un estado de conservación favorable. 

En España se han destinado veinte millones de euros para la prevención y compensación de daños a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Sin embargo, en la práctica, muchas de nosotras encontramos que las ayudas no llegan a tiempo, son insuficientes o están diseñadas desde una lógica que no comprende nuestras realidades. ¿Quién valora el tiempo que perdemos en burocracia? ¿Quién se hace cargo del agotamiento emocional que sentimos tras un ataque? ¿Del impacto del estrés que cada ataque provoca en nuestros animales? Aunque existen medidas preventivas —como los vallados eléctricos o el uso de mastines—, estas no siempre se adaptan a las particularidades de cada territorio, lo que genera frustración y desgaste.

Mary MacDonald es una ganadera canadiense que comparte con nosotras su experiencia en la gestión de la coexistencia con grandes depredadores en su país y nos cuenta cómo allí se implementan protocolos de coexistencia más flexibles y con apoyo técnico constante, lo que nos lleva a preguntarnos por qué aquí se insiste en soluciones que casi nunca no contemplan nuestra voz. 

Y también en este capítulo recordamos Pastoreemos Cordura, nuestro manifiesto para defender una ganadería extensiva que cuida del paisaje, la biodiversidad y la soberanía alimentaria, donde insistimos en la necesidad de que se nos escuche de forma real, no solo para cumplir cuotas de participación.

Somos mujeres rurales, ganaderas, cuidadoras de la tierra y de la vida que la habita. No pedimos privilegios; pedimos justicia, respeto y decisiones que nos permitan seguir habitando con dignidad los territorios que amamos. Queremos un campo vivo, cuidado y habitado por quienes lo sentimos como parte de nosotras.

LOBO Y SENTIRES por Charo García Barrigón

Las pastoras tenemos entrelazado en el ADN la conciencia de las realidades que impone la naturaleza, buenas o malas. Una de ellas es la muerte. Somos muy conscientes de que nos acompaña en el día a día de nuestra existencia rural, pastoril y natural como una sombra irremediable y necesaria. 

La muerte está a nuestro alrededor continuamente para que la vida siga, no hay escapatoria; algún ser vivo tiene que morir para que los demás sigan viviendo. 

Las que nos dedicamos a esta hermosa profesión tenemos un profundo vínculo con nuestros animales; todo el mundo sabe que los cuidados, sean a quien sean, crean una especial relación entre cuidadora y tutelado, y no es distinto entre pastora y ganado.

A través del aprendizaje de la vida pastoril, una pastora se hace consciente de que la muerte acecha en la naturaleza continuamente y como cuidadora de rebaño en tierra de lobos siempre tiene una campanilla de alerta sonando suavemente en algún rincón de su mente. Ese hecho mantiene un nivel de estrés continuo en su vida. Pero cuando finalmente hay un ataque de lobo o cualquier otro depredador al ganado, el instinto de protección se multiplica y aparece la ansiedad; la campanilla se transforma en una enorme campana catedralicia con un sonido perturbador que agudiza los instintos y acelera el corazón. Sí los ataques son reiterados aparecen la impotencia, la amargura y la desesperación. 

La sociedad quiere lobos, y las y los pastores en tierra de lobos lo sufren. Alguien debería plantearse la necesidad de ayudar psicológicamente a los gestores de la ganadería extensiva porque no es nada fácil llevar esa carga, no es fácil convivir con lobos y lo que eso implica. 

En mis veinte años de pastora le he visto pocas veces, porque el lobo es muy astuto, esquivo y un excelente emboscador. A lo largo del tiempo han ido desapareciendo ovejas sin saber ni cómo ni cuándo, solo cuentas y faltan equis cabezas de ganado. O dices ¿donde está la Manchas, o la Pelos, o la Lucero…? Haces el recuento, y no están, vuelves a hacerlo por si acaso y han desaparecido sin dejar rastro. Esto hace que siempre estés con el estómago encogido. 

Lo peor de mi vida de pastora con respecto a los depredadores vino en el ataque de lobo de 2017, con ocho días de ataques reiterados por una loba enseñando a sus hijos a cazar; el miedo te encoge el alma y empiezas a hiperventilar; no descansas, no duermes, no vives… hay que proteger como sea al ganado.

En estos ataques murieron doce ovejas y desaparecieron ocho. La Administración sólo pagó cuatro. El precio pagado apenas cubrió lo que valían las cuatro ovejas, nada del lucro cesante, y el resto, se quedaron sin pagar.

El siguiente ataque fue en octubre de 2023: sólo tres cadáveres aparecieron de las nueve en total; el o los lobos que habían atacado dejaron ovejas muertas desperdigadas entre el abundante matorral de la zona, una zona de bosque y sotobosque llena de bancales, fuertes laderas, pequeños valles, pocas praderas, donde se hace muy difícil la protección y tremendamente complicado la búsqueda de los animales desaparecidos. La Administración solo se hizo cargo está vez de las tres que encontré muertas. Pagó el lucro cesante y por lo tanto supuso un incremento en el valor de los animales muertos respecto del anterior ataque, pero nunca llegaron a cubrir las seis restantes de las que no hubo ni rastro y jamás llegarán a cubrir los trastornos laborales que implican convivir con el lobo, el trabajo a mayores; y sobre todo jamás podrá compensar la angustia, la desesperación y la pena.

Aúlla la loba su instinto 

Del bosque y los prados la reina

Tan dulce como una madre

Como una depredadora tan fiera.

Aúlla su miedo la pastora 

Bien sabe que la naturaleza es inmensa

Que por mucho que le incomode

Ella es una más en la Tierra.

Aúllan su conflicto las dos posturas

Dos campeonas de estrategias

Una lucha por su prole

Otra defiende su subsistencia.

Mi corazón está dividido

Las dos son hembras de mi tierra 

No puedo inclinar mi balanza

Por mucho que sepa y entienda.

Y sufro

Y lucho

Y clamo por un acuerdo 

En que ninguna de las dos pierda.

Links podcast Contando Ovejas

Observatorio Grupo Campo Grande

Normativa y organismos mencionados:

  • Directiva de Hábitats (Directiva 92/43/CEE): Marco legal europeo para la protección de la biodiversidad.
  • Convenio de Berna: Acuerdo internacional para la conservación de la vida silvestre en Europa.
  • Grupo europeo de especialistas en Grandes Carnívoros (LCIE): Asesoramiento a la Unión Europea en gestión de grandes carnívoros.
  • Unión Europea (UE): Institución que regula normativas de protección ambiental.
  • Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO): Responsable de la aplicación de las políticas ambientales en España.
  • Estrategia Nacional para la Conservación del Lobo: Documento guía para la gestión del lobo en España.
  • Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE): Instrumento legal español para la protección de especies amenazadas.
  • Libros recomendados:
    • Los lobos de Morla (2001), José Antonio Valverde y Salvador Teruelo.

Manifiesto Pastoreemos Cordura

Documental Mujeres de viento, tierra y ganado

https://www.ganaderasenred.org/que-hacemos/documental-mujeres-de-viento-tierra-y-ganado


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