marzo 2025
Este mes de marzo de 2025 hemos lanzado el tercer episodio de esta temporada de nuestro podcast Contando ovejas partiendo de la siguiente pregunta: ¿Qué relación hay entre Mercosur y la Estrategia de Ganadería Extensiva de Andalucía?
Nos sumergimos en un tema que nos afecta profundamente: el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y los países de Mercosur. Los tratados comerciales internacionales no son nuevos y este no es el primero, pero lo que lo hace relevante para nosotras es la forma concreta en que afecta a lo que producimos, a cómo lo producimos y a quién puede (o no) sobrevivir en este modelo.
En esta ocasión hemos contando con Patricia Jiménez de la Fundación Entretantos, bióloga y edafóloga, con una trayectoria intensa trabajando sobre suelos, cambio climático y sistemas agroalimentarios. A través de su mirada pudimos abordar un asunto en apariencia técnico, denso y lejano, y profundizar en su impacto real en nuestros campos, en nuestros mercados locales y, sobre todo, en nuestra forma de entender la vida y la producción.
Mercosur, al igual que otros tratados similares, busca facilitar el intercambio de productos y servicios eliminando barreras arancelarias, fijando cuotas y regulaciones comunes. En la realidad aterrizada esto se traduce en que los beneficios tienden a concentrarse en grandes estructuras industriales, dejando fuera —o incluso poniendo en riesgo— los modelos de producción más pequeños, sostenibles y vinculados al territorio.
La pregunta entonces no es si se va a comerciar con productos que nosotras producimos (carne de vacuno, lácteos, aceite, arroz, etc.) —eso ya ocurre desde hace años—, sino en qué condiciones, bajo qué modelos y con qué impacto para quienes estamos sustentando esta cadena apostando por modelos de buen vivir: Nos preocupa que este tipo de acuerdos refuercen formas de producción que no respetan ni el medio ambiente, ni los derechos laborales, ni la soberanía alimentaria de los pueblos. Nos preocupa que la entrada masiva de carne a bajo precio, producida según criterios industriales y muchas veces sin trazabilidad suficiente, desplace nuestros productos del mercado y desmotive a quienes ya de por sí trabajamos en condiciones difíciles y precarias en muchas ocasiones. Y nos preocupa que este modelo ignore todo lo que aportamos como ganaderas en extensivo: cuidado del territorio, fijación de población, preservación de saberes y razas locales, sostenibilidad ambiental y vínculos comunitarios.

Hemos de poner el foco en contemplar si los acuerdos tienen en cuenta las indicaciones geográficas protegidas, si se garantizan normativas sanitarias y ambientales comunes, si se protege la diferenciación de producto y se visibilizan los modelos que cuidan el suelo y la vida… Porque es ahí donde quizás podemos encontrar espacios donde lo local no sea aplastado por lo global.
En este sentido, la experiencia colectiva y significada de proyectos como el trabajo colectivo en el Mapa de Ganadería Extensiva Certificada nos muestran que hay caminos posibles para diferenciar y visibilizar nuestras formas de hacer. Pero para eso hace falta mucho más que voluntad individual: hace falta apoyo institucional, políticas públicas valientes y una ciudadanía informada, responsable y comprometida.
Por eso en este episodio también compartimos una experiencia concreta y reciente en la que varias compañeras de Ganaderas en Red están participando activamente: La Estrategia Andaluza de Ganadería Extensiva, impulsada desde la administración autonómica y cuya primera reunión tuvo lugar el pasado 12 de febrero. Nuestras voces tenidas en cuenta desde el inicio, no como cuota ni como decorado, sino como parte imprescindible de los debates.
Ainhoa de Ganaderas en Red que participó en la elaboración de las aportaciones de GeR, junto a nuestras compañeras Carmen Bendala que representó a GeR y Marta Cornello, también compañera que asistió en representación de ANGGEX, y a Sara Gallego y Sara Rey de la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, nos explican en este episodio desde su participación en las diferentes mesas de trabajo – Competitividad y nuevas incorporaciones al sector / Ganadería y medio ambiente / Comercialización, mercados y calidad / Zootecnia y Sanidad-.
Todas nuestras propuestas son claras, nacidas del terreno y del día a día: facilitar el acceso a mataderos rurales, adaptar la normativa sanitaria a las pequeñas producciones, dar apoyo técnico y formación adaptada, fomentar el relevo generacional, reconocer la multifunción del pastoreo extensivo y reorientar las ayudas públicas para que dejen de estar pensadas desde una lógica exclusivamente industrial. Como se dijo en uno de esos espacios: si no hay presupuesto ni voluntad política, esta estrategia se quedará en una bonita declaración de intenciones.
También se puso sobre la mesa la importancia de la perspectiva de género al diseñar e implementar estas estrategias. Nuestras compañeras señalaron los límites de la titularidad compartida —especialmente en casos de separación o violencia—, las dificultades para incorporarse al sector a edades que no encajan en las ayudas, y la invisibilización del trabajo de mujeres que sostienen explotaciones sin figurar como titulares. Se reclamó que las redes informales —como la nuestra— sean reconocidas como interlocutoras válidas, aunque no tengan forma jurídica. Porque somos muchas, trabajamos, sostenemos y tenemos mucho que decir.
Este tipo de experiencias demuestra que, cuando se abren espacios reales de participación, las propuestas llegan. Y cuando se escucha con respeto a quienes estamos sobre el terreno, se pueden construir políticas más justas, más coherentes y más eficaces.
Por eso, esta conversación surgida entre nosotras y este podcast son también una invitación: Hemos de preguntarnos de dónde viene lo que comemos, conocer quiénes lo producen, exigir etiquetados claros y fortalecer las redes de comercialización de proximidad. Porque no todo el vacuno es igual. No todo el queso es igual. No todo alimento cuenta la misma historia…

Y es que estas decisiones comerciales —que se negocian en despachos y se anuncian en ruedas de prensa— impactan directamente en nuestros rebaños, en nuestras rutinas, en nuestros campos, en la posibilidad o no del relevo generacional, que no llega; en la continuidad de la vida en los pueblos.
Desde Ganaderas en Red lo tenemos claro: la soberanía alimentaria no es un eslogan, es una necesidad urgente. Y frente a tratados que ignoran las desigualdades de partida entre territorios, modelos y personas, necesitamos fortalecer las alianzas entre quienes creemos en otro modo de producir, de consumir, de vivir. La resistencia, también, se pastorea.
GARAMUNDINA por Charo García Barrigón – marzo 2024
Somos mujeres de tierra y Tierra, somos mujeres de viento y fortaleza, somos mujeres de ganado y naturaleza.
La Tierra es nuestro sustento y en un ciclo eterno de ella nace todo lo que nos mantiene vivas; no hay duda, ella es nuestra aliada, casi nuestra religión, entendiendo que gracias a ella existimos y vivimos, y nuestro vínculo con ella va más allá de lo meramente vital.
Día a día la caminamos, observamos y cuidamos, nos fusionamos con ella en una hermandad indisoluble de necesidades y aprecios mutuos. La Tierra y nosotras somos una y nos cuidamos, nos queremos juntas y vivas, vivas junto a todas las mujeres de la Tierra que luchan por alcanzar su derecho ser, a decidir sus propias vidas, a vivir como iguales dentro de la necesaria y compleja socialización humana, el derecho a ser libres como el viento con que la madre espolea a la vida.
Entendiendo al viento que casi siempre empuja con suavidad y a veces arrasa, como pastoras que somos las GeRes y sobre todo como mujeres, debemos seguir su filosofía libertaria: Como pastoras nos sentimos libres bajo la cúpula del cielo; caminando hacia el horizonte se llega a sentir la más intensa de las libertades; nómadas acorde a su naturaleza. Como mujeres, aún estamos aprendiendo a soltar las amarras impuestas, a desatar nuestras cuerdas para que vuelen las cometas a la misma altura que las de los hombres.


En el juego de los poderes, ellos decidieron ser bosque y solo nos dejaron a las mujeres ser hierba: siempre bajo su sombra, cuidando la tierra que los mantiene erguidos y que para ellos también es vital. Pero aunque en la sombra es difícil vivir, las mujeres nos hemos hecho fuertes, resistentes, flexibles y sororas, y esas cualidades nos hacen luchar juntas para conseguir un ecosistema equilibrado, donde los árboles tengan su lugar y las hierbas juntas sean invencibles, formen praderas que brillen al sol junto a toda la enorme biodiversidad que crece a su alrededor.
Las pastoras llevamos el ganado en el corazón, no podría ser de otra forma siendo praderas, conociendo la libertad del horizonte, entendiendo a la Tierra, tan femenina ella, tan equilibrada, tan hermana, tan madre, tan diosa. Las mismas circunstancias de ser pastoras, cuidadoras del ganado en la naturaleza, nos dan esa sensación única de libertad nómada y a la vez la soledad que impone el pastoreo. Pero, aunque desperdigadas por vastos territorios, somos muchas y desde una invisibilidad abonada por las distancias nos hemos unido fortaleciendo nuestros vínculos a través de las tecnologías, a través de las redes, nutridas y nutriendo con ellas; somos fuertes, resistentes, flexibles y soróricas como las praderas, y sabemos que unidas podemos llegar tan arriba como la «gramundina» de los bosques, para sentir el viento con la misma intensidad que nuestros iguales, los hombres. El cielo es tan inmenso que en él cabemos tod@s sin estorbarnos, solo son necesarias voluntad, entendimiento y destreza para volar junt@s a la misma altura.
*Garamundina: cúspide, el punto más alto de un árbol.

Somos pastoras, madres y damas,
mujeres de corazón verde y alma morada.
Somos rurales de bosque, pradera, alimento y lana;
el azulado techo es nuestra oficina solitaria.
Impulsamos latidos para que te unas a esta loca cruzada de anudar lazos para derribar todas las barreras que se levantan.
Flores de pétalos morados y tallos verdes que mueve el viento y nunca derriba
y que en cualquier lugar,
PROSPERAN.
Link del podcast:
Para profundizar:
- Asociación Nacional de Ganaderos y Ganaderas en Extensivo:
Película recomendada: La fuente de las mujeres (2011), dirigida por Radu Mihaileanu.
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